MIMO
Mimo Chispa MiMe Balloon
Erick de Andrade - Aquarela (Mimo Clown)
La
palabra griega “mimo” significa imitación de la realidad; el mimo imitaba la
vida que veía, era una forma hablada y cantada, además de corporal. El arte que
hoy cultivamos, el cual prescinde del lenguaje verbal, es creación de Etienne
Decroux; llamando a su disciplina “Mimo Corporal”, aunque con el uso se eliminó
la palabra “corporal”, denominándose simplemente “mimo”.
LA EXPRESIÓN CORPORAL DEL NIÑO A TRAVÉS DE LA MÚSICA
La expresión corporal del niño a través de
la música
Si has observado
durante unos minutos a un niño pequeño, seguro que te habrá sorprendido la
necesidad que tiene de moverse: anda, corre, salta... no se cansa, y si se
sienta un rato, sólo es para volver a empezar con más ánimo un minuto
después...
El niño al nacer
presenta una motricidad de tipo subcortical, sus comportamientos están regidos
por las necesidades orgánicas: hambre, sueño... La motricidad va evolucionando
desde situaciones generales a particulares. Conforme va creciendo, comienza a
establecer relaciones y deseos con las circunstancias que le rodean. A los
pocos meses, los circuitos psicomotores se van haciendo más complejos...
En la etapa
infantil ya es capaz de sentir su cuerpo globalmente, integrando las partes
afectivas y expresivas. Este periodo se caracteriza por la percepción de la
motricidad global, la evolución de la percepción del propio cuerpo, el acceso
al espacio orientado (espacio propio: aquel que ocupa el cuerpo; espacio
lejano: aquel que se puede conquistar con el desplazamiento de los segmentos y
espacio último: aplicación del tiempo conjuntamente a los desplazamientos
corporales).
Pero, ¿qué
relación existe entre el esquema corporal y la música?... Coste define el
esquema corporal como la organización psicomotriz global en la que entran en
juego todos los mecanismos y procesos de los niveles motores, tónicos,
perceptivos, sensoriales y expresivos, a los que hay que añadir el aspecto
afectivo. Para Wallon no es un dato inicial ni una idea fija, sino el resultado
y requisito de una ajustada relación entre el individuo y el medio... pero no
pretendo emplear estas definiciones como base de un “aprendizaje receptivo”;
juntos, coordinando nuestros distintos puntos de vista, podemos descubrir
la importancia de la música en la expresión corporal del niño.
La educación
del esquema corporal es una pieza fundamental de la educación psicomotriz, ya
que el niño se va adaptando al mundo a través de su cuerpo, y debe conocerlo
para manejarlo con eficacia. Pero si el movimiento de los niños (caminar,
correr, saltar, palmear, balancearse, gatear...)lo unimos al estímulo musical,
supone un descubrimiento emocionante, una mejor comprensión de ella, que no
sucede cuando sólo la escuchan o se mueven sin escucharla.
Al vivirla de forma total por
el cuerpo, amplían y enriquecen la vivencia musical. Con sus gestos,
sonidos, movimientos... adquieren conciencia de si mismos, afirman su
personalidad, se comunican con los demás... La música les permite intervenir
activamente en el medio que les rodea, despertando en ellos interés,
receptividad... y favoreciendo de este modo el camino que los llevará hacia la
autonomía personal.
La rítmica, (expresión
corporal de los ritmos musicales) juega un papel importante en todo programa
integral de educación musical infantil. Willems solicita abiertamente la
inclusión de la rítmica como actividad sistemática y habitual, junto a la
iniciación musical en la educación de los niños. El método Dalcroze para la
enseñanza de la música es un método esencialmente rítmico, parte de la base de
que el ritmo es el elemento de la música que afecta en primer término y con más
fuerza la sensibilidad infantil.
Una música adecuada les
puede ayudar en el control del tono muscular, en la consolidación del
predominio lateral, en el descubrimiento y toma de conciencia de las distintas
partes del cuerpo... Podemos partir de movimientos amplios, estiramientos,
jugar con nociones de equilibrio, desplazarnos por el espacio al son de la
música y aumentar de este modo las posibilidades expresivas del cuerpo, para
expresar y comunicar sentimientos, emociones, necesidades....
Como dicen Bernal
Vázquez, J. y Calvo Niño, Mª L en su libro: “Didáctica de la Música. La
expresión musical en la educación infantil”: “...la música cumple un papel muy
importante, sostener el movimiento, sugerirlo, justificarlo. Moverse, sentir la
vida, tener ganas de expresar alegría, disfrutar, es danzar. El niño pequeño
descubre el mundo moviéndose, tiene necesidad del movimiento para vivir la
música, precisa descubrir el espacio en el que se encuentra, como una manera de
orientarse y enriquecer los movimientos, descubriendo las cualidades que el
cuerpo posee, sintiéndolas. De esta manera es como se aprende a conocer,
respetar, amar el cuerpo y a comunicarse con los demás”.
No caigamos en el error
de que los niños, porque sean pequeños, no van a poder disfrutar con el tipo de
música que a nosotros nos gusta... Recientemente trabajé con una clase de
Educación Infantil un ejercicio de expresión corporal, a partir de las Cuatro
Estaciones de Vivaldi y el Sueño de una noche de verano de Mendelssohn. Con
esta música inventamos una historia y disfrutamos mucho con la dramatización de
la misma. Gracias a la música aumentó su interés por expresarse con el propio
cuerpo.
Cuando trabajo con niños,
disfruto con ellos y me sumerjo por completo en la actividad que estemos
realizando. Esto no significa que me olvide de mi papel de adulto, sino que
aprovecho el centro de interés que en ellos ha surgido para que la actividad
tenga un resultado positivo, y en el caso comentado anteriormente el centro de
interés surgió al escuchar la música. Suscribo en este momento lo que dijo en
cierta ocasión Pau Casals: “¿Existe un trabajo más importante que el de formar
y dirigir el desarrollo de un ser humano?... Yo nunca he trazado una línea
divisoria entre la enseñanza y el aprendizaje. Es verdad que un maestro debe
saber más que su alumno pero, para mí, enseñar es también aprender”.
Y quisiera terminar en
esta ocasión con las palabras de Khalil Gibran, pero afirmando que no sólo los
padres, sino toda persona que rodee al niño de infantil, puede hacer mucho por
su educación: “puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos pues ellos
tienen sus propios pensamientos; puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas
porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en
sueños... Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados,
deja que la inclinación, en tu mano de arquero, sea para la felicidad”. ¿Quién
sabe si esa felicidad la encuentren en la música?...
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